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¿Quién te lo dijo?

Este mensaje está dirigido a personas que están privadas de la libertad. Si tienes algún familiar o amigo, que está en esa situación, hazle saber quién es el culpable del momento que está atravesando y pueda encontrar paz, esperanza y un futuro mejor. 

A través de estas líneas quiero hacerte saber quién es el culpable de que hoy estés privado de la libertad. Tal vez no lo sepas, porque nadie te lo explicó. Por todas partes alrededor del mundo anda suelto un ladrón y asesino invisible que te odia de tal manera y que está inmensamente feliz, disfrutando de tu sufrimiento detrás de esas rejas. Él actúa en tu mente haciéndote creer muchas mentiras que, sin darte cuenta, tristemente le creíste.

Quiero explicarte cómo funciona nuestra mente. En ella hay un campo de batalla donde se libra una cruel y feroz lucha entre el bien y el mal. Ésta se inicia cuando comenzamos a tener uso de razón y termina cuando partimos de este mundo. Esta hostilidad está activa las 24 horas del día, los 365 días del año. Inconscientemente, tenemos pensamientos, ideas y también en muchos casos escuchamos voces, que nos inducen a hacer el bien o el mal.

De acuerdo con un estudio científico, diariamente tenemos 60.000 pensamientos, de los cuales el 80% son negativos, maliciosos, de odio, mentirosos, crueles, tentaciones hacer lo que no corresponde, haciéndonos creer que son buenos y que nada nos pasará.

Para explicarme mejor: En las series de Tom & Jerry hay una escena que representaría todo lo que sucede en nuestra mente. Sobre uno de los hombros de Tom se posa un angelito y sobre el otro un diablito. Por un lado, el angelito le dice que no le haga daño, que lo perdone, que es su amigo, pero por el otro el diablito le dice todo lo contrario, que lo odie, que lo mate y se lo coma, entre otras desagradables cosas.

Podemos observar cómo la cabeza del gato se mueve como mirando un partido de tenis, ya que tiene que tomar una decisión, ¿a quién de los dos debe escuchar y a quién rechazar? Sin dudar deshecha al angelito y sale a cazar a su archi enemigo, sin darse cuenta de que la consecuencia de haber escuchado la voz del mal es estrellarse contra una pared, mientras Jerry se burla riéndose de su estúpida decisión.

Si te sentís identificado con esta historia, quiero decirte que pusiste en acción todas las mentiras que este depredador estuvo metiendo en tu cerebro. Te anima diciéndote cosas como: “no seas tonto, quién te va a ver, no pasa nada, está todo bien”. Te engaña de tal manera que, sin darte cuenta, comienza a apoderarse de tu mente y llegará el momento donde te manejará como una marioneta, te hará hacer cosas de las cuales no serás consciente. Es tan grande el engaño que muchos roban y asesinan sin percatarse de que hay cámaras de vigilancia, y es ahí donde dejan registrada su carita, llegando en pocos minutos a este lugar que jamás hubieras imaginado, en tu vida.

Jesús dijo: “Cuando el ladrón llega, se dedica a robar, matar y destruir. Yo he venido para que todos ustedes tengan vida, y para que la vivan plenamente”. Juan 10:10

Si escuchas la voz del bien -la voz del angelito- todo en la vida te será mucho más fácil y sencillo, jamás vas a tener problemas con la justicia. Por el contrario, si escuchas permanentemente los consejos del diablito, esa voz comienza a cobrar vida animándote a mentir, estafar, robar, violar, matar… Debemos entender que en la vida no hay ni premios ni castigos, sino consecuencias. Si haces el bien, Dios bendecirá tu vida de una manera que ni te imaginas, pero si haces lo contrario, te va a traer graves consecuencias. La más leve es estar aquí, otra el hospital o peor aún el cementerio.

Cuando permitís que las mentiras invadan tu mente, terminan convirtiéndose en tu verdad. El mal te hace creer que nadie te quiere, que sos un miserable, con esa cara quién te va a dar trabajo, que estás fuera del sistema social, que no servís para nada ni para nadie, que ningún ser de este mundo te va a perdonar y dirán que tenes que pudrirte en este lugar. En definitiva, te hace creer que sos la peor lacra del mundo, y por todo esto, sentirás envidia, odio, resentimiento contra una sociedad que no entiende, ni jamás entenderá que no sos vos el culpable, sino ese cruel asesino, que habita dentro de tu vida.

Puede ser que cuando esto sucede dejas de amarte y por ende también a los demás, no te importará el dolor que le causes a un familiar por más cercano que sea, como tampoco alguien que no conoces, solo por el hecho de no estar consciente de los que haces.

Si llegaste hasta aquí, y sentís que todo esto es tal cual como te lo estoy relatando, quiero que sepas que cuando aprendas a identificar quién te engañó, cuando dejes de verte en el espejo equivocado, vas a entender que sos una joya preciosa que Dios tiene en sus manos, esperando que te decidas a escuchar su voz, la voz de todo lo que tiene que ver con lo bueno.

Por todo esto, te animo a abrirle la puerta de tu corazón al único Dios que te ama profundamente, a pesar de tus errores y de las aberraciones que hayas cometido. Si Jesús fue capaz de perdonar a los que los ultrajaron, lo clavaron en una cruz, donde sufrió el sol de día y el frío de la noche antes de morir, por qué razón no podría perdonarte.

Cuando recibís a Jesús en tu vida te va a ayudar a rechazar y a dejar de escuchar la voz equivocada y así podrás brillar como el diamante más valioso. Todo esto depende de vos, esta es una decisión personal. Debes identificar a quién escuchas, porque eso va a definir tu identidad, tus principios, tus valores y tu bondad.

Dios te dice: “Cuando ustedes sean tentados a hacer lo malo, no le echen la culpa a Dios, porque él no puede ser tentado, ni tienta a nadie a hacer lo malo. Al contrario, cuando somos tentados, son nuestros propios deseos los que nos arrastran y dominan. Los malos deseos nos llevan a pecar; y cuando vivimos sólo para hacer lo malo, lo único que nos espera es la muerte eterna”. Santiago 1:13-15.

Si alguna vez pensaste que no sos digno de acercarte a la presencia de Dios, estás totalmente equivocado. Aunque la sociedad jamás te perdone… quiero que sepas que Dios está esperando que le confieses tus pecados -todo el mal y el dolor que hayas causado- y le digas que lo necesitas en tu vida como un medicamento para sanar tu alma y tu espíritu, te aseguro que te perdonará y además se pondrá muy feliz por tu decisión.

Dios debe ser el centro de tu vida. Muchos rinden culto a ídolos diabólicos como San la muerte, el Gauchito Gil entre tantos otros: no lo imites, porque todo esto te llevará a la destrucción, no solo la tuya, sino también la de toda tu familia. No pierdas el tiempo, deja de seguir a todo lo que corrompe tu mente y tu espíritu. Dios te regaló lo más preciado: la vida. No la tires a la basura, porque ese enemigo invisible quiere que te estrelles contra la pared, como el gato Tom, cada vez que tomes una decisión equivocada.

Dios es especialista en transformar personas. Si quieres cambiar tu vida radicalmente, solo estás a un paso de hacerlo, solo tenes que creer y recibir. Creer que Jesús murió y resucitó, y nos dejó Su Espíritu, como el regalo más valioso, para todo aquel que esté dispuesto a recibirlo en su corazón. Esto no se trata de un cambio de religión como muchos piensan, es solamente recibir a través de una oración la transformación que todo ser humano necesita para tener una mejor calidad de vida.

Las palabras que salen de nuestra boca tienen un tremendo poder, tanto para construir como para destruir. Ya lo dijo Jesús: “Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen”. Romanos 10: 9.

Es mucho más sencillo de lo que piensas. Si estás dispuesto a cambiar tu vida, te animo a hacer esta oración no solo con palabras que salgan de tu boca, sino también de tu corazón. Será suficiente con decir:
“Señor Jesús, perdóname por todos los pecados que he cometido, por no querer escucharte ni obedecerte. Hoy me doy cuenta de lo mucho que te necesito, por eso te abro la puerta de mi corazón y te pido que entres en mi vida y me enseñes a vivir de acuerdo con tus principios”.

Poco a poco vas a ver que surgirá un gran cambio. Todo el odio, rencor y ese profundo dolor, irá desapareciendo y transformándose en amor y perdón. Este cambio depende absolutamente de vos. Tal vez no sea en forma inmediata, dale tiempo, no te desesperes, ten paciencia.

Si te propones rechazar la voz del enemigo y solo te dedicas a escuchar la voz de Dios, ten la seguridad de que los que te rodean no podrán creer que cambiaste para bien, que sos una persona totalmente diferente y transformada. Esto hará también que los guardias y el director de la cárcel vean que estás preparado para tener una segunda oportunidad y hasta pueda acortarse el tiempo para estar nuevamente en libertad.

Si todavía tenes dudas, te recuerdo que el ladrón que estuvo junto a Jesús clavado en la cruz, solo necesitó decirle: “Acuérdate de mí cuando estes en el paraíso”, a lo que Jesús le contestó: “A partir de hoy estarás conmigo en el paraíso”. El ladrón solo necesitó tener: fe, creer y recibir, no una religión.

Querido amigo, te deseo las más ricas bendiciones de nuestro señor Jesucristo.

 

 

 

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